Nueva Encuesta
jueves, 31 de diciembre de 2009
Feliz Año Nuevo
martes, 29 de diciembre de 2009
Capítulo 2: Tengo Noticias
La voz del profesor era opacada por mis pensamientos, que daban vueltas en mi cabeza, en una lucha por ser positiva o caer en la histeria, Jake había desaparecido hacía ya casi una semana cuando Victoria apareció en mi jardín frontal, el había corrido tras ella, para evitar que llegara hasta mí, pero hasta ahora no teníamos noticias de él.
jueves, 24 de diciembre de 2009
¡¡ Feliz Navidad !!
Mis niñas:Feliz Navidad!
Espero que se la estén pasando increible en sus casas con su familia.
Disfruten muchísimo de esta navidad, que siempre es un excelente pretexto para olvidar enojos y estar contentos, para reunirse con la familia que nunca vemos, para estar llenos de positivismo, de amor y de rica comida.
Les mando un beso y un abrazo a todas por medio de este blog que se ha vuelto mi casa ... A todas... saben que las quiero muchísimo.
Pasensela re chevere
Todo mi cariño
Regina
miércoles, 23 de diciembre de 2009
Capítulo 4: Siete
La calzada serpenteaba, por entre las coloridas casas, personas alegres en las calles, conversando, turistas tomando fotografías, era una estación hermosa, las hojas de los árboles pintadas en los colores del amanecer, naranjas, amarillos y rojos, eran los tonos que iluminaban el cuadro en esta parte de Bélgica.
Brujas, es uno de mis lugares favoritos, tiene mucho colorido, la gente es amable, artistas en las calles, mucho turismo y aún así es una ciudad cálida, donde siempre hay algo nuevo por ver.
Seguí caminando y una niña me saludó, le sonreí, con las manos en los bolsillos, traía una chamarra ligera de cuero negro y una bufanda, claro que para mí no hacía diferencia alguna si eran 10º o 37º, pero no había porque desentonar.
Llegué al hotel en el que me estaba quedando, Kempinski Hotel Dukes Palace, con una excelente ubicación en el corazón de la ciudad, edificado en un castillo del siglo XV, era realmente hermoso, y valía los 470 euros que pagaba por ella.
Me quité los zapatos, la chamarra y los pantalones, quedándome únicamente en bóxers y camiseta para dormir, aún era temprano, pero últimamente no tenía muchas razones por las cuales estar despierto. Patético.
Cerré los ojos y me sumí en los límites de la inconsciencia…
Desperté a la mañana siguiente con una sensación extraña y no sé porque con la impresión de que había tenido un sueño lo cual es ciertamente imposible, yo no sueño… jamás.
Marqué mi salida y tomé mi vuelo de regreso a casa, no en el sentido literal, pues no iba a Francia, pero iba con mi familia, con mis hermanas Caro y Karla, había prometido no faltar a su cumpleaños Caro cumplía sus 24 años, se cumplían siete años siete meses de la partida de Leo y yo sabía de una información muy confiable que hoy sería un estupendo día.
Me dormí durante el vuelo, que era uno muy largo y al despertar no podía quitar de mi memoria unos hermosos ojos aguamarina, ojos que no veía en más de medio siglo… lo cual entristeció mi corazón por un lado y por otro lo alegró, no estaba acostumbrado a tener sentimientos encontrados, como un adolecente desde hacía muchas décadas…
Karla me recibió con mucho gusto, como era tan acostumbrado en ella, había crecido tanto desde la última vez que la había visto y se había peinado como a mi me gustaba, su frente despejada, sus rizos enmarcando su dulce rostro.
Carolina estaba aún mas hermosa, la edad la hacía una mujer extraordinaria, su cabello contrastaba con el durazno de su piel y aunque tiene solo 24 años, se podía ver la madurez y la experiencia en el brillo en sus ojos y como siempre traía puesto el medallón de Leonard, nunca se lo quitaba de encima, gracias a ello y a su amor por él, es que toda su constancia iba a ser recompensada esta noche.
El momento llegó y el regalo mas grande que podríamos darle entró por la puerta principal, Karla ya lo sabía yo se lo había comentado hacia unos instantes, pero aun así sus ojos se desmesuraron con la sorpresa.
***
Tres días después, logramos convencer a Caro de que Leonard no se iba a desvanecer si lo dejaba solo un rato, así que tuve oportunidad de hablar con él, así que aquí estamos. Platicamos un rato y simplemente hablamos como antes, realmente había extrañado a Leonard.
Salíamos de un bar en la zona centro, cuando la vi…
martes, 22 de diciembre de 2009
Capítulo 1: No quiero perderte
Espero les guste esta historia que como siempre va con todo mi cariño, parta todas ustedes!!!
Las quieroo
Paseaba por la playa de la Push, sola, como últimamente era habitual. Habían encontrado un rastro de Victoria esta mañana, por lo tanto Jake y cuatro adolecentes más estaban vagando por el bosque, tras una peligrosa vampira, lo cual ponía mis pelos de punta. Además estaba aún más ansiosa, porque era por mi culpa que Victoria estaba aquí.
El bosque estaba silencioso, no había aves en el cielo, y solo se escuchaba el clásico silbido del viento en las costas, el cielo era aún más gris de lo acostumbrado en Washington, haciendo el día siniestro. No pude evitar tener una clase de Deja`vu, ante mi estaba el estereotipo clásico de una película de miedo, justo antes de que ataquen a los protagonistas incautos.
Apresuré el paso y llegué a sentarme en el tronco flotante, en el que solía sentarme con Jake simplemente a platicar. Admiré el horizonte y distinguí el acantilado, en donde se supondría debería de estar ahora con Jacob, contaba con la adrenalina del salto y también contaba con volver a escuchar su voz… Lo cual solo empeoraba mis nervios de por si alterados. ¿Se suponía que debía renunciar a mi diversión solo porque Jake no estaba? Conocía el camino hasta la parte más alta del acantilado, aunque se suponía que saltaríamos de más abajo… De repente el viento se coló por debajo de mi chaqueta y los poros de mi piel se erizaron, me paré rápidamente y caminé hacia la camioneta, decidida a saltar yo sola, estaba por encender la marcha y ponerme en camino, cuando pensé lógicamente, realmente el día estaba muy frío, además de que no era una experta nadadora, era propensa a los accidentes… bueno un sinfín de cosas que podrían sucederle a Bella Swan.
Cerré la puerta de la camioneta dándole vueltas, saltar o no saltar, cuando un golpe en la ventanilla hizo que pegara un salto en mi asiento. Giré para ver quien estaba en la ventana y descubrí a Emily, la prometida de Sam, quien tenía una sonrisa en su deformada boca, pero aun así su expresión era dulce. Me hizo una seña y bajé la ventanilla, no por no querer bajar, sino porque estaba parada justo junto a la puerta.
-Hola Emily- le dije intentando sonreír, lo cual no funcionó muy bien.
-Hola Bella, se me ocurrió pasar a buscarte, supuse que estarías por aquí, porque no vienes a casa y nos hacemos compañía, mientras les cocinamos algo a los chicos- me sonrió intentando animarme – se que estas preocupada, pero quedarte sola no ayuda, créeme, al menos te distraes un rato-
-Sería bueno gracias- realmente no me hacía bien estar aquí, sola, el estar sola no ayudaba al estúpido agujero de mi pecho, ni a la angustia que sentía cuando Jacob estaba persiguiendo a Victoria, además así me alejaría de la tentación de saltar sola.
Seguí el auto de Emily hasta llegar a su casa, que tenía un hermoso y bien cuidado jardín frontal, la casa era de un color gris descuidado, pero aun así era una casa hermosa.
Comenzamos a preparar la comida para los chicos, y resultó que Emily era una excelente cocinera, yo me defendía en la cocina, pero ella claramente podía enseñarme muchas cosas, charlamos un poco y noté que cuando Sam salía a la conversación se le iluminaban los ojos, estaban claramente enamorados y debía de ser así, después de todo lo que habían pasado juntos.
Anocheció y no sabíamos nada de los chicos aún, estaba poniéndome cada vez mas ansiosa, paseaba por el pequeño comedor, rodeando la pequeña mesa, una y otra vez como una niña pequeña, mientras Emily ponía la mesa, comencé a tronarme los dedos, Emily me miro y sonrió, sacudiendo su cabeza, claramente mi comportamiento le divertía, estaba segura no le divertiría tanto si supiera lo peligrosa que era la vampira a la que estaban persiguiendo…
Sentí una corriente cálida recorrer mi cuerpo y grité:
-Volvieron- no le di tiempo a Emily de contestar y salí corriendo al jardín frontal, Jared, Paul y Sam venían primero, con el rostro severo, Embry y Jacob venían atrás, importándome poco, que estaban todos en el jardín corrí y me aventé prácticamente a los brazos de Jacob, quien me recibió con gusto.
-Tranquila ya volví- acariciaba mi cabello y su otro brazo rodeaba mi cintura, sosteniéndome en medio de mi salto, el calor de su cuerpo, me rodeaba y me sentí mucho más feliz de tenerlo junto a mí, mi pecho estaba a salvo de nuevo.
-Lo sé, pero no sabes lo preocupada que estuve todo el día, ella es muy peligrosa de verdad, no lo hagas, solo… deja que tenga lo que quiere- había tomado la resolución de que no iba a permitir que Victoria lastimara a más personas, solo para llegar a mí.
El cuerpo de Jake se tensó al escuchar mi respuesta y me dejó en el césped, tomó mi rostro entre las manazas que tenía y me obligó a mirarlo a los ojos.
-No digas tonterias Bella, no lo digas ni en broma, no te atrevas a pensarlo, imaginarlo y mucho menos realizarlo, no seas estúpida Bella, y escúchame por primera vez, hago esto por ti, no lo arruines exponiéndote, como una heroína de fantasía, no te arriesgues ¿Me entendiste?-
Asentí lentamente, mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
-Es solo que no quiero perderte, a ti no. Por favor Jake, no lo soportaría, esta vez no.- sabía que estaba admitiendo algo que nunca había dicho, y que esto podía tener una conotacion y significado diferentes para el, pero era la verdad y tenía que saberla, me había aferrado tanto a Jacob que ahora no podía dejarlo ir, menos aun por mi culpa, lo necesitaba a mi lado, como aire para respirar, las lágrimas caían por mis mejillas y él las limpió con su pulgar.
-Cielo, prometí que no me iría y no lo haré, pero esto lo estoy haciendo para protegerte- lo dijo con comprensión en sus ojos, pero su tono de voz era tajante y decidido y supe que no iba a poder hacerlo cambiar de opinión. Solo quedaba llegar a un acuerdo.
-Promete que no harás algo estúpido de licántropo prematuro, por favor- el por favor fue completamente una súplica.
-Lo prometo- me dijo, mientras depositaba un beso en mi frente –vayamos a cenar, muero de hambre-
*****
Después de la cena, Jacob fue el encargado de acompañarme a casa, con la pick-up, llegamos a casa y contrariamente a lo acostumbrado en el comportamiento de Charlie, las luces estaban apagadas, claramente mi padre estaría dormido, últimamente Charlie llegaba muy cansado a casa, pues las excursiones para cazar a los lobos seguían efectuándose, lo que solo añadía un punto más a las personas por las cuales preocuparme.
Bajamos de la pick up, íbamos bromeando un poco sobre que Charlie confiaba tanto en él como para irse a dormir sin haber checado mi llegada cuando caí de bruces contra el suelo, pero no por mis habilidades caminando, sino porque alguien me había empujado, giré para reclamarle la brusquedad, cuando noté su expresión preocupada, alerta, su cuerpo temblando ligeramente lo cual realmente me asustó más que cualquier cosa que hubiera podido decirme...
-Corre, entra a la casa ¡Ahora!- su voz salió con miedo, supuse por mí.
Mis nervios brincaron y comencé a andar hacia la puerta, cuando su voz me sorprendió y no pude evitar asustarme aún mas, mi mente solo traía su voz a mi cabeza cuando hacía cosas estúpidas o estaba en peligro, prueba de ello, Laurent, apresúrate me susurró su voz de terciopelo, llegué al porche y me gire a ver a Jake, quien estaba alerta a la mitad de mi patio frontal, esperando por algo y en una posición que claramente era de defenza, intentaba encontrar las llaves, cuando de repente Jacob fue envestido por algo, pude distinguir una melena pelirroja… Victoria.
-Entra ya Bella- mis manos temblaban y no lograba meter la llave en la cerradura, Vamos Bella apresúrate, ¡Bella! Rayos, porque todo el mundo me gritaba, solo me ponía aun mas nerviosa… Logré meter la llave, abrir la puerta y corrí a mirar por la ventana, un gran lobo de pelambre rojizo peleaba con Victoria, quien salió corriendo al bosque y el gran lobo después de mirar hacia la casa, corrió tras ella.
Espero les haya gustado mis niñas...
Comenten pliss!!
lunes, 21 de diciembre de 2009
Aviso!
Epílogo: Te amaré siempre
Hace siete años que me entregaste tu alma y tu corazón.
jueves, 17 de diciembre de 2009
Ultimo Capítulo: Te amaré siempre
-Vio mi muerte-
-Exacto, el ha sufrido mucho en su vida, vio morir a su familia sin poder hacer nada, y ahora no iba a quedarse sin poder hacer nada, mientras que la mujer que ama se marchita lentamente por una enfermedad de la cual no tiene ninguna responsabilidad, el te ama demasiado para hacer eso, es por eso que tomó la decisión que tomó.-
- ¡¿Entonces mejor decidió marcharse y dejarme sola que quedarse a mi
lado?!- quería poder ser racional y entender, pero el dolor era tan grande…¿ de verdad se había ido? ¿Pero porque?¿para que? Respiré profundo y continué hablando (casi gritando) -Además tus visiones se equivocan, yo no voy a morir estoy bien me lo dijo el médico hace unos momentos, es por eso que estoy aquí vine a contarle la buena noticia-
-El sabía que la noticia del médico sería esa-
-Pero no comprendo-
-Carolina, al entregarte ese medallón, cambió su vida por la tuya-
-¿Qué- Toda la incredulidad se evidenciaba en el tono de mi voz.
-¿No te dijeron que era una recuperación milagrosa? ¿Qué nunca habían visto un caso así? ¿Qué no tiene manera de explicarlo?
Las palabras del médico volvieron a mi mente “Es un milagro, no tenemos una explicación científica simplemente pasó “comencé al respirar entrecortadamente, mi mente no enlazaba todo lo que me estaba diciendo Bruno
-Pero… como… no comprendo
-El medallón Caro, al entregártelo entrelazo sus vidas y cambio tu destino por el suyo, cambio su vida por la tuya, es por eso que ahora
estás sana, el se marcho por eso, quería regalarte todo y fue lo que
hizo.
Tome el medallón, entre mis temblorosas manos y entendí el
significado de todo lo que me había dicho en los últimos días.
-Te dejó esto, me pidió que lo entregara después de haberte
explicado las cosas-
Me tendió un sobre color crema con mi nombre cuidadosamente
xerigrafiado en la cara superior del sobre.
Lo abrí torpemente y creo que me corte el dedo, pero realmente no me
importo.
Pude ver su caligrafía con letras fluidas sobre el papel, era su escritura… las páginas se volvieron irrealmente pesadas para ser solo dos
cuartillas, todo mi cuerpo temblaba y mi mente solo repetía que esto
era solo un mal sueño y que pronto despertaría de mi terrible pesadilla.
Respiré profundo y comencé a leer…
Caro:
Si estás leyendo esta carta, significa que mi deseo se cumplió y que
tu milagro me fue concedido. Quiero decirte que no hay mayor alegría
para mí que saber que ahora
estarás bien, tu sonrisa y el brillo en tus ojos
cuando me miras, es
lo que hace que olvide los malos momentos en mi vida.
Hasta hace unos meses, me sentía vacio, con una existencia sin sentido
alguno.
Cierta noche conocí a la chica de ojos chocolate, en el momento en
que no huiste de mí, me asombré, luego caminaste a mi lado, platicando como
viejos amigos, creo que en este momento te quedaste en mi corazón, tuve tantos
deseos de conocerte, protegerte y tenerte a mi lado.
Ahora seis meses
después, solo puedo decirte que eres una mujer impresionante, con una gran
fortaleza.
Cada día, no importa lo preparado que esté, logras sorprenderme.
Te he visto disfrutar con alegría, sonreírme todos los días, verte sonrojar con
un cumplido, el brillo en tus ojos cuando me miras.
A pesar de las
circunstancias, nunca te he visto renegar por tu destino.
Y es algo de lo
que estoy muy orgulloso.
Cuando te miro, encuentro a la mujer más dulce, la
que ríe, la que llora, la que canta, la que sueña.
Tu sonrisa es la que
ilumina mis noches y mis días, tus ojos, el espejo perfecto, en el que me gusta
mi reflejo, tus brazos el lugar donde me siento a salvo, tus labios, la promesa
de un te amo.
Quiero darte tanto, hay tantas cosas que quisiera para ti,
estar contigo siempre. Pero no va a ser posible no sin ti.
Es por ello que
te regalo mi alma, mi existencia y mi vida completa como mortal e inmortal.
Siempre recuerda que esto no es un sacrificio, es la muestra de que te amo
más que a mí mismo, es mi regalo para ti. No tienes que retribuírmelo de ninguna
manera, guarda los buenos recuerdos, vive por los dos, siempre estaré contigo,
pase lo que pase, sigue tu vida, disfrútala, enamórate, no me guardes luto
alguno, porque en ti vivo y por ti suspiro.
Quiero que sepas que todo el
sufrimiento de mi vida, valió la pena solo por conocerte, me voy feliz porque te
conocí, te amé y disfruté, mucho más que en un siglo.
Recuérdame y sonríe,
pero jamás llores.
Porque la alegría se expresa con sonrisas y las lagrimas
son la tristeza.
Atrévete a luchar por tus sueños, cumple todas tus metas,
mira siempre hacia adelante y sonríeme cuando mires atrás.Sello con tu amor
mi corazón, porque más fuerte que la muerte es el amor. *Te amaré siempre
Leo
Las lágrimas corrían velozmente por mis mejillas, mientras con mis manos sujetaba el medallón, el regalo que Leo me había dado la noche anterior, recordé sus palabras y entendí su significado, se estaba despidiendo de mi…
-La canción… And you're the place my life begin And you'll be where it ends- canté la pequeña estrofa con mi corazón rompiéndose lentamente en pedazos, comprendí lo literal que era el mensaje tan claro de esos versos… No pude mas que caer de rodillas en la mullida alformbra, intentando respirar, pensando en lo mucho que amaba a ese hombre tan maravilloso y en lo mucho que me gustaría poder verlo una vez mas… sentí todo el peso de la tristeza sobre mí.
“Te amaré siempre Carolina, nunca te olvides que eres toda razón por la late mi corazón y siempre estaré contigo, aunque no estemos juntos, me llevas a tu lado” fue como si sus palabras me fueran susurradas al oído, tomé el medallón en mis manos y comenzó a latir un poco más fuerte en mi palma.
“Disfruta, se feliz” su voz me susurró de nuevo, y me alegró poder escucharlo
-Lo haré, por ti y por mí, eres lo mejor que me ha pasado- me quité las lágrimas de mis mejillas y guardé el medallón en mi pecho, junto a mi corazón.
-Te amaré siempre-
Una suave brisa flotó por la habitación, y sentí un leve rose en los labios, y mi corazón revoloteó rápidamente.
-Es su manera de despedirse de ti- me dijo Bruno, quien me tomó de la mano.
“Eternamente” susurró su voz una vez más, para luego marcharse.
Se perfectamente que no es lo que esperaban... Pero falta el epílogo!! Pero espero comprendan el mensaje que pretendo dar con la historia!!Fue con mucho cariño para todas ustedes saben que las adoro y que sin ustedes esta historia no tendría sentido... Las quiero muchisimo!! De verdad mil gracias por el apoyo!! El lunes 21 publicaré el epílogo!!
Gritenme chicas
miércoles, 16 de diciembre de 2009
AVISOOO!!!
Mañana último capítulo de te amaré siempre!!! Mil perdones!!! Pero ya el viernes salgo de vacaciones iii ya estaré de nuevo dando lataaa!!! Las amoo!!! Y mil gracias por sus coments! No las abandono... solo me traen correteadaaa!!
domingo, 13 de diciembre de 2009
Capítulo 18: Solo por tenerte.
Carolina
Leo me dejo en casa más tarde, llegamos justo con Bruno y Karla, por lo que parecía que llegábamos juntos.
Se acercó a mí y me rodeó con sus brazos, encerrándome en el círculo de su abrazo, me estrecho contra sí, tomo mi rostro entre sus manos y me besó con mucha pasión, pero por un momento me sentí extraña, como si fuera un beso de despedida, muchas veces nos decíamos adiós con un beso pero no supe porque este beso fue diferente a los demás, ¿o sería que eran solo mis destrozados nervios? Su lengua se fundía con la mía y pude sentí el anhelo en su beso, como sus labios se aferraban a los míos, su aliento mezclándose con el mío, rompió el beso y apoyó su frente en la mía. Suspiró y su aliento inundo mis sentidos , drogándome y atontándome por unos maravillosos segundos.
-No sabes cuánto te amo…- susurró
-Yo te amo también- le dije acariciando su mejilla con las yemas de mis dedos.
-Te amaré siempre Carolina, nunca te olvides que eres toda razón por la late mi corazón y siempre estaré contigo, aunque no estemos juntos, me llevas a tu lado.- tocó el medallón que estaba oculto bajo mi blusa.- el tono en su voz era desconcertante, como roto, pero el intentaba unir los sonidos
-Leo lo sé, sabes que te amo, pero estas asustándome.- le dije con el miedo latente en mi voz.
-No te asustes, es solo que aún no me voy y ya te estoy extrañando.- me sonrió, pero de alguna manera no quedé satisfecha. Me besó una vez más y me entregue al beso, completamente.
-Te amo- me susurró al oído antes de marcharse y llevarse consigo mi corazón.
****
Por la noche me revolví en la cama inquieta, las palabras de Leo retumbaban en mi cabeza, y no podía evitar que mi imaginación se echara a volar, poniendo mil alternativas diferentes en mi panorama, muchas de ellas aterradoras, así que decidí tranquilizarme.
Estaba por dormirme cuando el medallón comenzó a latir frenéticamente, estaba comenzando a asustarme, cuando el latido cesó de repente y comenzó a latir lentamente como si estuviera dormido; con ese relajante aleteó en mi pecho me quedé dormida.
****
Era una noticia esperada, pero aunque lo fuera no pude evitar que una lágrima corriera por mi mejilla.
Mis padres me abrazaban con lágrimas en los ojos, mientras el doctor se deslizaba por la puerta del consultorio para darnos más privacidad, mis padres me decían cosas… pero yo no los escuchaba, mi vida en ese momento era como una película a la que le hubieran puesto mute.
Había mil cosas que quería hacer, pero una encabezaba mi lista… Leo.
Llegamos a casa, Karla estaba en la sala, pero al instante en que crucé la puerta, corrió a abrazarme y preguntó:
-¿Qué pasó?-
-Todo estará bien- le contesté con la voz quebrada
Tenía tantas emociones que justo ahora estaba controlándome para no dejarlas salirse de mi control.
-Voy a donde Leo-
-Ok Caro, te quiero- me abrazó una vez más
-Mamá ahora vuelvo- grité, mientras corría escaleras arriba por una chamarra, aventé mi bolso sobre la cama y más pronto que tarde estaba saliendo por la puerta trasera como alma que lleva el diablo.
Corrí por el parque, esquivé pelotas, balones y toda clase de proyectiles que puede haber en un parque, niños jugando, perros, todo hábilmente, cosa que me sorprendió porque no soy la persona más diestra…
Me adentré en el bosque, simplemente para cortar camino y porque sabía llegar por el bosque, gracias a que Leo y yo paseábamos mucho por aquí. Al llegar a un pequeño pero hermoso claro, tuve que detenerme a admirar el lugar en donde nos habíamos conocido. Sonreí al recordarlo todo en mi cabeza, estaba por continuar mi camino cuando sentí que me observaban, awww mi mente comenzó a evocar otras imágenes, unas en donde aparecía la loca exnovia de Leo… Chiara.
Tal vez solo era mi imaginación, pero antes de poder comprobarlo comencé a correr. Agucé mi oído, pero no pude escuchar nada que no fuera mi respiración, sentí un golpe en la espalda y caí de cara al suelo, contra la raíz de un árbol, fui girada boca arriba y pude ver un rostro que podría ser angelical si no estuviera adornado por una macabra sonrisa.
-Corres rápido caramelito-
Me quedé mirándola unos segundos, ganando tiempo, para recomponerme y que mi voz no expresara el miedo que tenía acumulado en el pecho.
-Que quieres- le dije cuando pude controlar mis emociones
-Quiero que te mueras-
-Lastima. Tendrás que esperar, al fin y al cabo mi vida mortal no es tan larga- Me reincorporé hasta sentarme en el suelo, pero ella bruscamente me empujó.
-Tonta humana, el se fue por tu culpa, te odio, te odio- comenzó a hacer una rabieta como una niña de 5 años.
-Que madura- dije de manera sarcástica para mí misma, pero ella me escuchó. Y me dio una patada que sacó el aire de mis pulmones.
-Eres una estúpida, no te mereces todo lo que hizo por ti, por tu culpa él se fue, no va a volver, porque tu lo haces sufrir- me agarró por la chaqueta, ya que por el cabello no podía. Me zarandeó y mi cabeza comenzó a retumbar.
-Voy a matarte- me dijo, me asustó porque sabía que lo decía en serio, ya lo había experimentado de primera mano una vez.
Se quedó pensando un momento y luego dijo:
-No, mejor te dejaré vivir con lo que has hecho, vete antes de que cambie de opinión.- se giró y yo me paré como pude y comencé a correr, con todos los miedos y malos presentimientos de la noche anterior atormentando mis pensamientos. Pero luché por controlarlos.
Llegué a la gran casa blanca y corrí por el jardín, para entrar por la sala blanca, esa puerta siempre estaba abierta.
La sala blanca, ahora solo era blanca por la mullida alfombra del suelo y las paredes crudo, ya que todos los muebles habían desaparecido, me esforcé por controlar mi respiración y los latidos de mi corazón, tiene que haber una razón lógica para esto…
-Leo… Bruno- dije despacio de nada servía gritar ellos me escucharían de cualquier modo.
Bruno apareció ante mí, sin su característico rayo segador. Lo que agradecí, aunque por un lado era preocupante que no fuera tan exhibicionista como era normal.
-¿Dónde está Leo? – le pregunté con la voz quebrada, ahora no podía controlar mis emociones.
-Leo se fue.-
-¿Se fue? ¿Cuando regresa?- Intenté buscar su mirada, pero el evitaba tener contacto visual conmigo.
-Nunca volverá- mi corazón se estrujó en mi pecho, negándose a lo que mis oídos escuchaban.
-Que… que estás diciendo, de que me hablas Bruno- Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas derramándose sobre mi chamarra, pero no me importó retirarlas, solo quería que me dijera que era una mala broma.
Se acercó lentamente a mí e intentó abrazarme, pero no me dejé.
-Dime que es lo que pasa-
-Te lo mostraré, pero debes tranquilizarte-
-Que me tranquilice, como quieres que me tranquilice… me encuentro a tu hermana loca en el bosque, que… amenaza con matarme por ser una estúpida humana… me dice que por mi culpa Leo se fue para siempre… y ahora vengo y me dices que Leo se ha marchado y que no volverá… me dices que me tranquilice… cuando lo que me dices me está matando por dentro… y quieres que me calme… ¡¡Cómo voy a calmarme!!- terminé gritando, pero creo que me ayudo a calmarme un poco.
Respire profundo y dije:
-Está bien ya estoy calmada, explícame-
-Mejor aún, te lo muestro- alzó su mano y la colocó sobre mi hombro.
Un torrente de imágenes se colaron en mi cabeza… recuerdos, pero no eran mios, eran de Bruno, no había sentimientos en ellos, eran solo imágenes, una película.
Vi a Karla triste, a mi madre llorando, mi padre con la mirada perdida, abrazando a mi madre, a Karla arrojando una rosa blanca… era mi funeral.
Una visión de Bruno… Luego la imagen cambió y pude ver a Leo parado frente a mí su mirada perdida, sus manos en puños a los costados de su cuerpo, y la película terminó.
-Leo llegó en un mal momento y vio algo que no debía haber visto-
-Vio mi muerte-
Gritenme niñas!!! LAs quierooo
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Capítulo 3: En blanco y negro
La imagen cambio y ahora era una película en blanco y negro, el cabello de Karla en un chongo bajo, vestida de negro y con una rosa blanca en su mano, sus ojos estaban secos de tanto llorar, su expresión rota, mientras sostenía con su mano libre la mano de su madre que lloraba destrozada, los brazos de su esposo consolándola y entonces caminó unos pasos y la tiró a un hueco en la tierra, donde calló sobre la caja de madera….
La visión terminó, fue una visión corta, pero se hizo eterna, abrí mis ojos y los sentí tornarse a su manera normal, giré rápidamente y cogí a leo por el brazo, instantes antes de que saliera corriendo, si lo dejara ir en este estado podría cometer una tontería.
Se que el capi es muy corto imm so sorry pero si digo mas sabrían que pasa en te amare siempre y esa no es la intención....
Las quierooo
Gritenme
lunes, 7 de diciembre de 2009
Capítulo 17: Vale la pena
Carolina
El sol se filtraba por entre las cortinas de la habitación, iluminándola, tenuemente con el alba de la mañana, un rayo de sol acariciaba mi piel, evité moverme, puesto que no sabía si Leo se había despertado ya, me estiré debilmente, pero Leo lo notó porque como respuesta, comenzó a trazar ociosamente círculos en mis mejillas, abrí los ojos y encontré que me observaba y una hermosa sonrisa se extendía por su rostro.
Lo miré un instante y le sonreí.
-Buenos días dormilona-
-Muy buenos- le dije mientras el rubor subía lentamente a mis mejillas.
Estiré mis brazos y piernas, lo que provocó que la sábana se deslizara por mi cuerpo, dejando a la vista tanta piel que fue por un momento bochornoso, pero cuando vi la mirada de Leo, no pude más que derretirme ante el fuego que destilaban sus ojos.
Me quedé muy quieta, mientras una de sus manos acariciaba mi abdomen lentamente, mandando espasmos por mi cuerpo, las mariposas comenzaban a revolotear por mi estómago, el deseo pudo más y me alcé para unir sus labios con los míos. Nuestras lenguas se encontraron y el beso fue increíble.
Nos separamos cuando la necesidad de respirar ya no se pudo retrasar, me senté en la cama, cubrí mi cuerpo con la sábana y lo tomé de la mano, nos miramos por unos momentos, sin palabras, a veces una mirada dice mas…
-Me das un minuto-
-Claro- contestó sin dudar, miré a mi alrededor buscando con que cubrirme.
-Hay una bata en el baño, te la hubiera traído, pero no pensé que te despertaras tan temprano.- awww rayos, el tramo a la puerta del baño, no era muy grande, pero no tenía el valor suficiente para caminar hasta ella, desnuda y con Leo mirándome y de alguna manera llevarme una sábana parecía una medida infantil, estaba pensando que hacer cuando Leo dijo:
-No miraré, lo prometo- el rubor subió a mis mejillas y tuve que desviar la mirada, solo un segundo, para recuperar la compostura y pensar que decir, ¡que rayos! Hace unas horas no tenía vergüenza y ahora si? Decidí sorprenderlo con una respuesta que no se esperaría.
-No te atrevas a parpadear-
Me levante de la cama y caminé lo más lento y seductora que pude hasta el baño, mientras estaba segura que mi cara era del color de un tomate, lo juro que lo era. Cerré la puerta tras de mí, mientras veía un hambriento brillo en la mirada de Leo, tan glorioso y perfecto sentado en la cama, con la sabana pecaminosamente invitadora derramándose sobre su cuerpo.
Decidí bajar un poco mi deséo, me mire en el espejo, mi cabello enredado, lo acomode con mis manos al menos un poco, moje mi cara y mi cuello bajando el rubor de mi rostro
e intente calmar mi respiración, me puse la bata, pero la deje un poco abierta, dejando un poco a la imaginación y un poco para la diversión.
Inspire profundo y entre a la habitación de nuevo.
La cama tentadoramente revuelta y un desayuno digno de cualquier princesa sobre una bandeja.
Me senté en el borde de la cama, admirando como se podía hacer algo tan hermoso, con algo tan sencillo y cotidiano como la comida, la puerta se abrió y Leo entró con una sonrisa en sus labios y una rosa en su mano, unos bóxers negros cubrían su cuerpo, caminó hacia la cama y me ofreció la rosa roja.
La tomé de sus manos y luego comí mi desayuno, el cual era suficiente para dos personas y logré persuadir a Leo de que me ayudara. Cuando terminamos cogió la bandeja y la colocó sobre una mesa que no había visto la noche anterior.
Se paró frente a la cama. Alzó sus manos al cuello, se desató una cadena, esa que llevaba siempre encima, besó el medallón y me lo tendió.
Estire la palma, pero no lo soltó, por el contrario rodeó la cama y se paró en mi espalda, comprendí el mensaje inmediatamente, levanté mi cabello para dejar mi cuello descubierto, abrocho la cadena y deposito un beso en la base de mi cuello que hizo vibrar toda mi columna vertebral.
Volvió a sentarse en la cama frente a mí, tomé el medallón en mi mano, estaba tibio al contacto con mi piel, con un diámetro de aproximadamente 4 cm de diámetro, en forma de relicario, pero estaba claro que no había manera de abrirlo, con ornamentos hermosos y delicados y en el centro del relicario una elegante L
-De Leo- dije
En ese momento el relicario pareció latir en mi mano, lo suficientemente suave como para no percibirse a simple vista, pero tan fuerte como para sorprenderme, lo acerque a mi oído y pude escuchar el latido de un corazón… dentro del relicario…
-¿Qué es?- pregunté
- Una particularidad de mi especie, este relicario es una parte de mi, mi corazón, parte de mi esencia esta dentro de ese relicario- tomó mi mano libre entre las suyas, me miro a los ojos y me continuó- ese relicario se entrega a tu alma gemela, la persona con la que quieres pasar el resto de la eternidad, una forma de unir sus latidos en uno solo, es un símbolo de compromiso y confianza en la otra persona. – acarició mi mejilla con su dedo pulgar y me sonrió. – En tus manos está mi vida entera, con ese relicario puedes destruirme, hacer lo que tú quieras conmigo, entre otras cosas, pero lo que quiero decir con esto es que confió en ti plenamente, que te amo como jamás lo imaginé, como nunca lo había hecho…
Mire el pequeño relicario y sonreí.
-No necesito esto para saberlo, no tienes que hacerlo, si significa tanto para ti, de verdad lo sé y yo te amo también – le besé suavemente en los labios y dirigía mis manos a mi cuello para quitarme la delgada cadena dorada, cuando atrapó mis manos en las suyas.
-Caro necesito que comprendas esto- respiró profundo y encontró mi mirada con la suya.
-Cuando veo el brillo en tus ojos y miro lo profundo y
hermoso de tu alma, cuando miro lo hermosa y bondadosa que eres,
cuando digo un montón de cosas cursis y sin sentido, cuando sonríes,
cuando me besas y haces que me enamore un poco mas de ti cada día es
cuando veo que mi vida depende completamente de los latidos de tu
corazón. Porque te amo por un millón de razones. Por eso quisiera
cambiar todo, pero no puedo...- acunó mi rostro con sus manos y besó suavemente mis labios, tiernamente.
-Porque todo lo que soy ahora es por, para y gracias a ti. Te amare
siempre pase lo que pase estaré contigo hasta el final... Lo prometo
siempre junto a ti, junto a tu corazón.- tomó el medallón y lo colocó en el centro de mi pecho, junto a mi corazón, el latido de el medallón y el frenético latido del mío, se sincronizaron y unieron en armonía en uno solo.
Leo tomó mi mano y la colocó en su pecho, sentí su corazón y el mio como uno solo, las lágrimas nublaron mis ojos y como ya era costumbre, una se derramó y corrió sin poderla detener por mi mejilla.
Leo la limpió con un beso.
-Gracias por hacer mi vida perfecta, gracias por todos estos recuerdos tan hermosos, gracias porque con una sonrisa cambias mi día, gracias porque cuando me miras me siento completa, porque cuando tus brazos me rodean me siento a salvo, gracias porque en tus labios encuentro el lugar al que pertenesco, gracias por hacerme sentir y ser la chica más afortunada del mundo por tenerte, gracias por estar siempre aquí, gracias por no salir corriendo, gracias por hacerme el amor como lo haces, gracias por sostenerme y no dejarme caer, te amo, te amo tanto…-
Lo besé con fiereza y solo puedo decir que desordenamos aún más la cama…
Espero les haya gustado mis niñas!!!
Comenten las amooo!!
jueves, 3 de diciembre de 2009
Amigaaa!!!
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Capítulo 2: Malas Visiones
Bruno
-Bruno… ¡Bruno!- La voz grita aterrorizada y en un segundo vuelvo al presente, una mano está en mi hombro, temblorosa sobre mi piel, Karla está frente a mí, temblando, una expresión de horror se dibuja en su rostro… sé lo que vio cuando me tocó para intentar llamar mi atención, la muerte de mi familia, la de la familia de Leo y la del amor de mi existencia… comienza a temblar y yo no puedo más que abrazarla, apretándola contra mi pecho, calmándola, acaricio su espalda intentando consolarla y consolarme así a mi mismo…
Comienza a sollozar en mi pecho, la siento tan vulnerable, ella no debió ver eso, no era correcto, tampoco prudente.
-Lo siento tanto- me dice entre sollozos, su voz entrecortada, me abraza y al siguiente instante… ella me está consolando a mí, me encuentro a mi mismo con la cara enterrada entre los suaves rizos de su cabello, ella huele a vida, a riesgo, adrenalina, cariño… mi pecho se desgarra como lo hizo aquel día cuando mi hermana me traicionó, cuando destruyó todo lo que teníamos… pero con una gran diferencia, ahora unos suaves brazos me rodean y me dicen que todo ha mejorado que no estaré solo… ya no..
Me obligo a mi mismo a recomponerme, respiro profundo y rompo el abrazo, pero aún así, ella desliza sus manos por mis brazos y me coge de las manos. No dice nada, y se lo agradezco, las palabras sobran en algunas ocasiones pero la mayoría de las personas no saben cuándo es el momento de callar y solo estar.
Por suerte para mi, Karla, es de la minoría que entiende la diferencia, la miro unos instantes y me maravillo, por la chica tan inusual que es, llena de vida, Caro es igual que ella, les gusta vivir intensamente, sonreír y llorar con intensidad, miro sus ojos, de un suave color caramelo, del mismo tono que el mío, miro mi reflejo en ellos y encuentro solo cariño, el cariño que siente hacia mí, no me mira como los demás lo hacen, la mayoría de las personas me miran con codicia, envidia o lujuria, son cosas a las que ni con una eternidad de tiempo como del que yo dispongo nunca te acostumbras, ni dejan de molestarte.
En ella encuentro la paz interior que necesito, su cabeza siempre es un revoltijo, pero nunca cierra sus pensamientos, no me los oculta aunque le he enseñado como y sé que puede hacerlo, simplemente me acepta tal como soy, aun con todas mis “sorpresas” como ella llama a mis poderes inusuales.
Ahora mismo no piensa en nada en específico como es usualmente, ella solo está pensando en muchas cosas a la vez, nunca conocí a una chica que pudiera pensar en tantas cosas, en su tarea pendiente, que le urgen unas vacaciones, donde estará caro, el color de la pared, como se sienten nuestras manos entrelazadas, perfectamente correcto, y siento el amor que me tiene.
No lo confundan de ninguna manera, Karla es una hermana para mi, mi amor llega a un punto de adoración, ella y Caro son lo más parecido a una familia, después de que perdí a la mía y aun incluso creo que esta es mejor que la anterior, son las hermanas que no tuve y las que hubiera elegido sin dudar.
Cuando siento que ya tengo control sobre mis emociones, como para no dejarlas ver por el tono de mi voz le digo, lento pero con firmeza:
-Ya estoy bien, no deberías haber visto eso- acaricio el dorso de su mano con mi dedo pulgar en una disculpa silenciosa.
-No te preocupes, algunas cosas son demasiado para cargarlo solos, mas por tanto tiempo- no es un reproche, es un hecho real y una vez más pienso que puede leer lo que siento, una sonrisa se dibuja en su rostro, una sonrisa tranquila, con el fin de darme confianza.
-Cuando lo necesites- me dice y sé que con eso no me está presionando, simplemente termina la conversación, de una manera que no me obliga a nada.
-Gracias- le digo, al no encontrar una palabra que describa mejor como me siento por tener su apoyo incondicional.
-Te quiero, Bruno, eres el hermano mayor que no tengo, eres mi familia y a la familia se le ayuda y se le apoya… siempre- aprieta ligeramente mis manos y se levanta. –Tengo que irme, ¿estarás bien?-
-Perfecto- le digo con una sonrisa. –¿Te llevo?-
-Claro Mr. Relámpago- dice en son de burla, refiriéndose a mi método de tele transportación, lo cual me hace reír.
La llevó a su habitación, Caro aún no llegaba con Leo de la sesión de paracaidismo… Ya no deberían tardar… enfoque mi poder y los busqué, estaban por llegar, pero también distinguí algo que me sorprendió, Leo había regalado su Aston, su amado Aston a… Caro
Definitivamente ella era su perdición.
Me fui a casa, esta vez corriendo, disfrutaba correr, sentir la brisa en mi cara, tenía la sensación de libertad absoluta, cosa que en realidad no tenía.
Llegué a casa y un dolor comenzó en mi cabeza, un zumbido fuerte, que sacudía mi cuerpo, una visión… una mala, las malas siempre venían con esa sensación, abrí la puerta corrediza de la sala blanca, apretando el paso, debía llegar a mi recamara, en donde nadie me encontraría mientras la visión estaba en curso, así no lo verían por error como le pasó a Karla, mi cabeza, la sentía explotar, nunca había sentido tanto dolor venir con una visión, lo cual solo podía significar que era alguien cercano a mi…
Dado que las visiones “malas” de Chiara y Leo solo venían en pasado, solo quedaban dos personas posibles…. Caro y Karla.
No pude contener mas la presión en mi cabeza, caí de rodillas en la mullida alfombra, agarrándome la cabeza, mientras las imágenes venían a mi cabeza.
Susurré: -Caro- mientras escuchaba a Leo detrás de mí, quería impedirle que viera esto, el no tenía porque saberlo, pero en este estado no podía hacer nada, esperé que se fuera y por un momento pensé que lo haría, pero sin poderlo contener el nombre de Caro se escurrió entre mis labios y fue cuando Leo tocó mi hombro, hizo contacto y la visión se desbordó, mostrándole lo malas que eran las noticias…
Gritenme muchachas!!! Supongo que ya saben de que vision estamos hablando no?
La quieroo