Nueva Encuesta

Chicas! Ya quedó esto, bueno la opción ganadora fue... Cronicas Vampíricas, soooo ahora vamos con otro detalle porque me he fijado en variiias cosas, dejarçe la encuesta hasta fin de año, como varias votaron por Eternial, veré que sea un proyecto a futuro no se preocupen porque me gusta consentirlas. Voten en la nueva encuesta====> las quieroo

domingo, 3 de enero de 2010

Capítulo 1: Malos presentimientos

Bueno aqui está el primer capítulo de esta nueva historia... es un poco diferente de Te amaré siempre pero como siempre va con todo mi cariño para todas ustedes.
Comenten y haganme saber si les gusta la historia.. las quieroo mis angeles


La familia no se mide por el número de integrantes, sino por el amor que existe en sus lazos. No puedes escoger a tu familia, pero yo no cambiaría la mía. Todo lo que soy, mis triunfos y mis fracasos son gracias a lo que me han enseñado…

Pipip Pipip Pipip! ¿no odian el sonido del despertador por la mañana? Yo la mayoría de las veces no, hoy sin embargo sí.

Es Jueves uno de mis días favoritos, se acerca el viernes… pero hoy en específico no me sentía con ganas de levantarme para ir al colegio… pero bueno tenía que levantarme de cualquier manera, ahora con tiempo para arreglarme o al rato con mucha prisa… mejor ahora.

Me levanté y fui al baño, donde me di una ducha rápida, sequé y peiné mi cabello, el cual sujeté en una coleta baja con un broche de laca, mascara de pestañas, mucha, adoro pintar mis pestañas, brillo en los labios. Mis vaqueros favoritos, una sencilla blusa blanca de manga larga con botones al frente sobre una camiseta azul, unos botines con poco tacón, cinturón a juego y mi chaqueta negra. Lista para el colegio.

Siempre me sentía mejor después de una ducha y arreglarme, pero seguía sintiendo el presentimiento de que no debía salir de casa, me oprimía la boca del estómago, pero decidí ignorarlo y correr escaleras abajo.

Entré en la cocina y había todo un buffet (para tres personas) dispuesto como el desayuno, mamá siempre exagera para desayunar siempre dice: “es la comida más importante del día”

-Buenos días Sam- me dice mamá con una sonrisa, mamá tiene el cabello castaño claro, lacio hasta los hombros, es muy joven para tener una hija de 19 años…

-Buenos días ma- le doy un beso y luego beso la frente de Lisa, Lisa es mi hermana menor, tiene solo 9 años, y es la niña mas especial en este planeta, su cabello ondulado le roza los hombros, enmarcando su delicado rostro en un velo rubio platino, sus mejillas siempre sonrosadas, sus ojos azules me miran con interés, siempre ha sido una niña inteligente.

-Buenos días nena- le digo, mientras me siento junto a mamá.

-Hola Samy- dice mi hermanita, mientras me sonríe y el par de hoyuelos más perfectos se asoman en sus mejillas, pero vuelve a concentrarse en su cereal de las princesas con malvaviscos, como si encerraran un gran misterio.

Tomo mi jugo de naranja justo cuando tocan un claxon, Eric ya llegó por mí, así que prácticamente engullo mi jugo y tomo una tostada del plato, mientras corro al estudio por mi mochila.

-Sam, ¿no vas a desayunar?- pregunta mi mamá, aunque ya sabe la respuesta.

-Se hace tarde, comeré algo en la escuela, lo prometo, adiós mamá, adiós cielo- les arrojo un beso y mi hermana me arroja uno, que simulo atrapar y deposito en mi corazón. Ella me sonríe, le devuelvo la sonrisa, tomo mis llaves y salgo de la casa.

El Audi A6 negro estaba estacionado frente a la casa, Eric recargado en la puerta del copiloto, mirándome.

Eric, es mi mejor amigo, si hubiera una persona en el planeta, a la que tuviera que confiar mi vida entera, aparte de mi familia, sin duda sería Eric.

Le doy un beso en la mejilla, y él me lo contesta, extrañamente no me recibe con una broma, como sería normal y eso, solo hace que recuerde el peso muerto en mi estómago, algo malo va a pasar hoy, lo sé…

Me abre la puerta como es usual, y entro en el coche.

-Sam, ¿Qué te preocupa?- me pregunta suavemente, la mirada fija al frente, pero constantemente me mira de reojo, Eric me conoce a la perfección, nos conocemos desde que tengo uso de razón, su madre y la mía son mejores amigas. Tengo una familia pequeña, el también, la suya y la mía se complementan.

-Es solo… olvidalo… es una estupidez…- dije soltando un suspiro y tratando de concentrarme en otra cosa. La mano de Eric encontró la mía y como tantas otras veces, me sentí mejor con su cálido tacto.

-Vamos Sam he escuchado muchas tonterías en mi vida, nunca una salida de tu boca… te sentirás mejor si me lo cuentas…- sabía que me sentiría mejor si se lo contaba, sabía que no me tomaría por tonta, me creería, precisamente por eso no quería decirlo, solo lo preocuparía. Pero fui más egoísta y quise liberarme del peso del estómago, al menos un poco, diciéndole mi preocupación.

-¿Nunca has sentido que algo malo va a pasar? Que tienes un peso muerto en el estómago, es como si algo estuviera vigilándome hoy… tengo el presentimiento de que no debí de salir de casa hoy… y todas esas medidas de precaución que mamá tiene ensayadas desde hace tanto… me ponen los pelos de punta…- Apretó ligeramente mi mano, mostrándome su comprensión.

Estábamos a una esquina del colegio en el alto para los estudiantes, se giró en el asiento y tomó mis dos manos en las suyas, sus ojos verdes se engancharon en los míos, mirándome fijamente: -No tienes nada de qué preocuparte, no dejaré que te pase nada, abriré los ojos por ti, lo prometo- Fue tanta la sinceridad de sus palabras y el poder de su mirada, que mi blanca piel comenzó a traicionarme, cuando el rubor subió a mis mejillas.

-Gracias, sé que puedo contar contigo, para todo y es un gran alivio para mí- apreté sus manos en las mías, agradeciendo el calor que le daba a mi fría piel.

-Siempre, sabes lo que eres para mí- acarició mi mejilla suavemente y un escalofrío recorrió mi piel, mi corazón repiqueteó levemente y de pronto me sentí confundida.

-Verde- dije solo por decir algo, para que su atención se desviara de mi, a la calle, tener un momento para pensar y continuar como normalmente… Su vista se concentró en el frente y una mano en el volante, pero la otra no soltó mi mano.

Me calmé un poco en el transcurso a el lugar de estacionamiento, pero aún sentía el peso muerto en mi estómago, abrí los seguros para bajar del coche, pero Eric los cerró de nuevo.

-Samantha- susurró y sentí un escalofrío bajar por mi espina dorsal, lentamente. Nunca había
pronunciado mi nombre completo, de niños me llamaba Samy y ahora Sam, nunca decía mi nombre completo…

-Eric- contesté solo por contestar algo, respiré profundo y me giré en el asiento, para encontrarme con sus ojos verdes fijos en mi rostro. Eric es un hombre hermoso, no hay mejores palabras para describirlo, elegante, sexy, caballeroso, con un rostro anguloso y unos ojos verdes increíbles, su cabello lacio largo, en color caoba, su sweater de cuello alto, se veía como un modelo.

-Porque no vigilas… haz lo que sabes hacer- me miraba seriamente, puedo decir que me enojé por su sugerencia, el sabía que yo no iba a hacerlo, odiaba esa parte de mi ser, con todas mis fuerzas, eso que podía hacer, solo me había traído desgracias… no lo usaría… NUNCA

-Nunca Eric- respondí tajante mientras quitaba los seguros y salía hecha una furia del auto, Eric tuvo la prudencia de no impedírmelo, estaba tan enojada, Eric sabía lo que era para mí ese recuerdo que él había destapado, sabía que odiaba recordarlo y con solo una frase había evocado a mi memoria los momentos más tristes de mi vida…

Arrojé la tostada al bote de basura más cercano y crucé el patio rápidamente mientras intentaba calmarme…

NUNCA… NUNCA… usaría eso… NUNCA aunque dependiera mi vida de ello…

Crucé el instituto rápidamente, pisando el césped y evitando los obstáculos en el camino, subí las escaleras y fui a la cafetería por mi dosis diaria de cafeína, estaba cabreada, pero sabía que mi humor decaería aun mas si no tomaba mi café expreso a la hora debida.

El timbre que indicaba el inicio de las clases sonó, tomé un trago de mi café, el dulce calor invadió mi cuerpo, respiré profundo, intentando calmarme, Eric estaba en mi mismo salón y para colmo se sentaba atrás mío.

Avancé rápidamente entre pasillos llenos de estudiantes que cerraban sus taquillas apresuradamente, para llegar a tiempo a sus clases, por suerte traía mis libros para la primera hora de clase.

Me senté en mi pupitre justo cuando tocaban el timbre que indicaba que la clase comenzaba, Eric estaba hablando con Gina, una amiga nuestra, y juzgar por cómo me miraban, era evidente que hablaban de mí, lo cual solo me molestaba aún más.

La clase de Temas selectos de Biología transcurrió lentamente, mientras hacíamos un análisis de lo visto el semestre pasado y yo no podía dejar de sentir la mirada de Eric clavada en mi coronilla. En un momento dado, una bolita de papel fue lanzada a mi escritorio. La abrí, esperando ver un mensaje, pero no tenía nada, más que una mezcla de letras diseminadas por las orillas de la hoja, sin ningún sentido alguno.

Reconocí la caligrafía, era de Eric, su letra fluida era inconfundible, con muchas curvas y giros, con aire aristocrático, entonces recordé un código que usábamos siendo más pequeños y aunque un poco en contra de mi voluntad sonreí. Alisé el papel y comencé a hacer una serie de complicados dobleces para armar la figura sobre la que había sido escrito el mensaje. Cuando estuvo terminado el mensaje era el siguiente:


Samy: Lo siento de verdad, se que lo que sugerí te hizo recordar cosas
tristes y realmente me siento miserable por haber sido el causante de tu
tristeza. Perdóname, sabes que nunca lo sugeriría, a menos que lo creyera
absolutamente necesario.


Sabía que no lo había hecho a propósito y por un momento consideré mi reacción exagerada, cogí un papel de mi libreta hice los dobleces necesarios y escribí.


Eric: Lo siento tal vez me sobre exalte, perdóname y gracias por la sugerencia
la tomaré en cuenta.

Lo desdoblé hice bola y lo aventé en el pupitre trasero. Pero una vez se me hubo pasado el enojo, el hueco en mi pecho volvió con mayor intensidad aún.


El timbre que daba por finalizada la clase sonó y di gracias a dios por ello.


Gina vino a saludarme y se dio cuenta de que habíamos arreglado nuestro mal entendido, porque estábamos jugueteando como era normal en nosotros dos.


-Ustedes se reconcilian y pelean, como un par de chulos enamorados- lo dijo claramente en tono de burla, pero Eric y yo nos pusimos muy serios y dijimos al unísono.


-NO-


-Está bien, no y ya- se alejó susurrando que éramos un par incorregible y no sé que más cosas sobre lo incomprensible que le parecíamos hoy.


Seguimos platicando sobre cosas sin importancia y de pronto Eric se puso muy serio.


-Sam, en verdad va a pasar algo hoy, puedo sentirlo también- Sus ojos estaban en los míos y pude ver su preocupación. –prométeme que tendrás cuidado-


-Siempre lo tengo, crecí con una madre paranoica- le dije tratando de restarle importancia, el que Eric admitiera que algo extraño pasaba me ponía los pelos de punta y obviamente no aliviaba para nada la carga en mi estómago.


-De verdad Sam promételo- me miro intensamente, mientras tomaba mis manos en las suyas.


Justo cuando iba a contestar mi celular comenzó a vibrar indicando una llamada entrante.


Alcé el dedo índice indicándole que me esperara un segundo. La llamada procedía de mi madre, lo que era raro, ella nunca usaba el celular, el agujero en mi estómago se ensanchó, mientras me decía a mi misma que me tranquilizara.


-¿Pasa algo mamá- le dije con la voz temblorosa, mientras Eric me miraba con los ojos ensanchados, el sabía que una llamada así no presagiaba nada bueno.


-Sam… Sam… tienes que salir del instituto… ya! Estoy pasando por ti… Sal ahora- su voz estaba desmesurada por el miedo, y me lo infundía a mi.


-¿pero qué pasa mamá? Explícame… ¿es Liza?- temía por mi hermana, siempre le había procurado, estaba confundida y quería saber que era lo que pasaba.



-No puedo explicarlo ahora… solo.. Sal de ahí… AHORA- entonces la llamada se cortó.


Cogí mis cosas lo más rápido que pude y las vacié en mi mochila, aunque pensándolo mejor era mejor no llevar nada. Cogí mi cartera, tomé mi dinero y tarjetas y me giré para ver a Eric, quien entendió perfectamente y tomó mi mochila antes de que pudiera pedírselo.


-Cuidate Sam, porfavor llamame- su voz era firme, pero en sus ojos vi miedo, miedo por mi.


-Lo haré- me abrazó rápidamente, pero hubo muchas palabras en el abrazo. Me dio un suave beso en la frente.


-Tu tambien cuidate- le dije.


2 minutos después corría por el instituto y abría la puerta de un minicooper mal estacionado sobre la acera.

5 comentarios:

An dijo...

Reeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeegina! ya se que te he tenido un poco abandonada a ti tambien estos días, pero es que a mi la fiesta me pierde xD. acabo de leer el primer capitulo (como ya debes imaginar) y creo que de momento la cosa pinta muy bien. estoy bastante intrigada con Sam y casi creo que ya me he enamorado de Eric xD.
espero que cuelgues pronto el segundo capitulo para averiguar mas y para que te pueda dar una mejor opinion sobre la historia, pero te repito que de momento pinta muy bien.

muchos besitoooooos.

Gabrielaa! :) dijo...

Aii qe intriganteeee!
Mee gustaa como viene la historiaaa, :D

K dijo...

Hola mi RE!! uwoou que será será... intriga, besotes y espero el segundo, qué es lo que sabe hacer Sam que no quiere usar???, se me hace interesante mis suposiciones pero lo descubriré con el tiempo, te quiero!!! nos vemos!

Anónimo dijo...

No nospodes dejar asi, malvada! jajaja un beso.
y segui asi, si algun dia publicas un libro, yo compro uno :)

Larita dijo...

mola.bueno y con intriga .
pasate x mi blog
http://worldofdreamsandillusions.blogspot.com/