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Chicas! Ya quedó esto, bueno la opción ganadora fue... Cronicas Vampíricas, soooo ahora vamos con otro detalle porque me he fijado en variiias cosas, dejarçe la encuesta hasta fin de año, como varias votaron por Eternial, veré que sea un proyecto a futuro no se preocupen porque me gusta consentirlas. Voten en la nueva encuesta====> las quieroo

viernes, 10 de septiembre de 2010

Capítulo 11: Disculpas


Al menos alguien se había apiadado de mí y había decidido que eran ya demasiadas emociones para mí, porque por gracia divina se canceló la visita al concejo y pude retirarme a mis "apocentos" que palabra tan fea, cuando llegué me alegré solo por unos instantes de que Saskia estuviera ahí para ayudarme con Liza cuando se levantara, porque aún no estaba despierta, no me había ausentado durante mucho tiempo, pero Liza ultimamente estaba durmiendo mucho, lo cual no era normal para ella, quien en ocasiones tenía demasiada energía como para concentrarse en dormir, pero inmediatamente me arrepentí, así que le pedí a mi "tía" que se retirara, para que yo pudiera tener un tiempo a solas y pudiera ordenar mi cabeza, mi hermanita no representaba ningún problema, siempre podía hacerme cargo de ella.
Literalmente me desvanecí en el cómodo sillón blanco, donde recargué hombros y cabeza por igual, el rellano del sofá se amoldó perfectamente a mi cuerpo, tanto que bien podía quedar mi marca impresa una vez que me levantara, me pregunté si sería verdad y mi mente se planteó seriamente la posiblilidad de comprobarlo, pero mi cuerpo simplemente se reusó a cooperar, comencé a divagar por la habitación con la mirada intentando distraer mi mente, pero esta enfadada por no haber podido comprobar la teoría de mi figura impresa en el sofá, decidió castigarme dandole vueltas a el tema que me tenía tan molesta y confundida. Eric.
Tenía tantas preguntas en mi cabeza ¿Que demonios estaba haciendo aquí Eric? la cual no era nada sencilla de responder y con esta pregunta venían otras; ¿Donde demonios es aquí?¿Quienes son estas personas? ¿Que hago yo aquí? Pero de todo lo que mas me había desconcertado era, que rayos había sido eso de -un placer su majestad- con eso daba a entender que no me conocía, que jamás en su vida me había visto y luego quedaba el asunto de -Majestad- ¿Que coño? en que tremendo lío me había metido.
Contemplé la banda dorada en mi dedo anular, aquel anillo que era idéntico al que estaba sujeto en mi cintura, ¿Que hacía tan peculiar a este anillo para que pudiera ser fuente de tantos problemas? Un ligero golpe en la puerta me hizo levantar la cabeza de su comoda posición en el respaldo del sillón.
-Diga- pregunté mas refunfuñando que nada.
-¿Majestad me permite?- contestó una aterciopelada voz que no reconocí, pero dado que no conocía a muchas hombres y esta no era la voz de Eric, quedaban dos personas, el tal Alexander y Solin, dado que Solin carecía de cuerdas vocales que le permitieran esa clase de tono, supe quien era y aunque el tipo fuera un dios en persona me encontré resoplando; ahora mismo no tenía ganas de fingir algo que no soy, ni siquiera sabía que se suponía que era lo que fingía.
No me tomé la molestia de levantarme, supuse que podía darme el lujo simplemente por el hecho de que me llamaban majestad, si era una buena o mala suposición, en este momento no me importaba, simplemente miré si mi vestido estaba bien colocado me senté un poco más recta y dije con voz firme y autoritaria o al menos lo intenté:
-Adelante- Alexander entró con paso firme y galante, se paró frente a mí, juntó sus manos entrelazando los dedos y colocó sus pulgares en la frente para inclinarse brevemente frente a mí, cuando se levantó hice mi ya normal movimiento con la cabeza sin decir nada porque no sabía que decir.
-Majestad, vengo en nombre de su abuela a indicarle que sus lecciones inician mañana a medio día, espero no tenga inconveniente- me pregunté que clase de lecciones serían y que hora significaba medio día, para mí, medio día eran las doce, mientras que para otras personas medio día representaba la hora de la comida, las dos de la tarde, asentí levemente, el me miró unos instantes y su mirada ni me inmutó, se retiró con el mismo ritual de la reverencia y yo no dije ni una palabra.
Volví a recostar mi cabeza y cerrar mis ojos unos momentos, estaba cansada, cansada mental y emocionalmente, cansada de la insertidumbre, cansada de tener miedo por mi madre, por Liza, cansada de ver todas las mentiras que rodeaban mi vida, cansada de la farsa, cansada de no poder dormir tranquilamente, cansada de pensar, de pensar en las preguntas que rondaban en mi cabeza y me acechaban por las noches, tan cansada que estaba apunto de caer rendida ahora mismo, apenas y escuché el leve toque en la puerta, apenas antes de caer dormida, apenas si pude mover los labios y obligar a mis cuerdas vocales a emitir una palabra coherente.
Con todo el pesar del mundo obligué a mi nublada y atormentada cabeza a dirigir la vista hacia la puerta y ahi estaba; mi mejor amigo, un mejor amigo al que ya no conocía, mas bien, al que nunca conocí, lo miré y por primera vez no sentí la profunda calidéz inundandome, la tranquilidad llenandome, esta vez la neblina en mi cerebro fue retirada y las neuronas funcionando correctamente, fríamente, siempre había sido controlada, calculadora, precisa, oportuna, me alegraba no dejar ver mis sentimientos, eran pocas las personas con las que me permitía ser abierta, me costaba ser extrovertida y una de esas personas era Eric, la mala noticia era que Eric mi mejor amigo ya no estaba muy segura si existía.
Lo miré, sosteniendo su mirada simplemente esperando a que él fuera el que dijera algo, algo que me dejara entender y comprender porqué estaba aquí, algo que explicara todo este enredo, que me ayudara a tranquilizarme a no sentir que había sido traicionada a no sentir que no podía confiar en nadie, a no sentirme incompleta.
-Sam- dijo y me alegré de que no usara la estupidez esa de "majestad" o si no juro que le hubiera pegado con algo -Lo siento- ah eso si me hizo enojar, las disculpas no eran lo que quería, quería razones.
-Quiero razones no disculpas-
-No puedo-
-¿Como que no puedes?-
-No puedo-
-mas bien no quieres- dejé caer la cabeza hacia atrás y cerré los ojos, dejé salir un profundo suspiro, de esos en los que dejas fluir los sentimientos. -Al menos no mentiste en tu nombre-
El silencio fue lo unico que se escuchó y comencé a preguntarme, si no se habría ido ya. Levanté la cabeza sin abrir los ojos, retrazando el momento de mirarlo de nuevo o de confirmar que se había ido, los abrí y ahi estaba inclinado frente a mi su mirada verde profundo prendida en mi mirada, ahogué un pequeño grito y entonces me tomó por los hombros y me levantó con tanta facilidad que en un momento ya estaba frente a él, me abrazó, rodeando mis hombros con sus brazos, me quedé tiesa, sorprendida y entonces cerré los ojos y recargué mi cabeza en su pecho, envolví mis brazos en su cintura, sosteniendonos el uno al otro, como cuando eramos pequeños, mientras el susurraba.
-Lo siento sam, lo siento, siento no poder decirte la verdad-
Y muy en el fondo yo también lo sentía.

1 comentario:

Alex dijo...

k bonito capi ojala pronto aya un romance entre esos 2 bueno besos y mucha suerte en la uni