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Chicas! Ya quedó esto, bueno la opción ganadora fue... Cronicas Vampíricas, soooo ahora vamos con otro detalle porque me he fijado en variiias cosas, dejarçe la encuesta hasta fin de año, como varias votaron por Eternial, veré que sea un proyecto a futuro no se preocupen porque me gusta consentirlas. Voten en la nueva encuesta====> las quieroo

domingo, 29 de noviembre de 2009

Capítulo 16: Que cada minuto y cada hora Segunda parte


Mis muchachas!!! Aqui esta la ultima parte de este capi y supongo que muchas ya saben, o lo imaginan, pero de todas maneras lo tengo que decir...
¡¡¡CONTIENE LEMMON!!!
Algunas cosas que debo mencionar:
No pasa nada si se saltan esta parte del capi, si es que no les gusta el lemmon.
BENJA MIRY MONSE Y MARI!! No tienen autorización para leer este cacho del capítulo (es en serio)



Carolina


Casi me di de bruces (literalmente) con lo que encontré al abrir los ojos…

Era una habitación grande, de paredes de caoba, no tuve tiempo de fijarme en los detalles, porque una enorme cama blanca, atrajo mi atención, el edredón blanco hacía que la cama pareciera flotar, miles de pétalos de rosas rojas estaban regadas por el suelo en la habitación, llenando mi cabeza del aroma de las rosas, velas iluminaban la habitación, tenuemente, mis fantasías mas locas, se quedaban muy cortas con lo que Leo había preparado para mí.

Me giré y lo abracé, me aparté, mi respiración se aceleró cuando sus manos se posaron en mi espalda, mariposas revolotean por mi estomago y cientos de chispas recorrieron mi piel, ahora llegaba el momento que había esperado, y sentía la necesidad urgente de salir corriendo, pero no lo haría, yo deseaba esto, quería compartir este momento con Leo, el hombre más maravilloso que había conocido, del que estaba enamorada, al que amaba con el alma.

Puse mi mano sobre su pecho, su corazón latía desbocado, rápidamente, al mismo ritmo que él mío.


Sonreí al notar que él estaba tan nervioso como yo.

A pesar de traer tacones no estábamos a la misma altura, respiré profundo y alcé la mirada, encontré que me observaba atentamente, pero no a mi rostro, sino a mis pechos, que con el corte del vestido y mi respiración agitada, resaltaban y si a eso le sumábamos su altura…

-Linda vista ¿huh?- le dije.

Desvió la mirada rápidamente, apenado porque lo había cachado infraganti.

-No me importa, puedes mirarme cuanto quieras- le dije tratando de sonar seductora, mientras paseaba mi dedo índice por su mejilla juguetonamente.

-¿Estás segura de esto?- me dijo sin mirarme.

Deje mi palma en su pecho, mientras que con la otra tomaba su barbilla y obligaba a que su mirada se encontrara con la mía.

-Si sigues preguntándolo voy a pensar que te estás arrepintiendo de esto, ya lo dije antes, estoy segura- le dije.

-Nunca me arrepentiría- dijo en un susurro

Vi el brillo en sus ojos, los ojos verdes más hermosos que había visto en mi vida y los que me trastornaban tanto, lo tomé del cuello e incliné su cabeza para poder capturar sus labios con los míos.

El beso no fue en absoluto como ninguno que nos hubiéramos dado antes, el roce de sus labios con los míos incendió mi piel, la erizó e hizo temblar mis piernas, me paré de puntitas para poder alcanzarlo mejor, lo que Leo hizo fue empatar la situación, poniendo sus manos en mi trasero, levantándome y mis piernas, un poco habituadas a este movimiento rodearon su cintura, mis sandalias cayeron con un ruido sordo, pero realmente no me importó.

Deshice su corbata, que estorbaba –mucho debo decir- y la arrojé al suelo, una de mis manos estaba en su cuello acercándolo más a mí, mientras la otra intentaba desesperada y torpemente de desabrochar los botones de su camisa.

Su mano subía y bajaba por mi muslo, mientras que la otra estaba en la piel desnuda de mi espalda, bajando el cierre del vestido.

Mi corazón latía descontrolado, mi respiración era entrecortada, su lengua jugaba con la mía, nuestros labios bailaban juntos, a un ritmo nuevo, desconocido, pero que aún así era familiar, apremiante, mordí su labio inferior suavemente y profundicé el beso, estaba tan excitada, me sentía libre, feliz, nada podría arruinar este momento.

Supe el momento exacto en el que terminó de bajar el cierre del vestido, porque sus manos subieron a mi espalda y quitaron el poco vestido de ahí, para poder acariciar mi columna y mis costados.

Leo cuidadosamente me colocó en el colchón, mientras se quitaba el saco y lo dejaba caer en el suelo, gateo sobre mí, hasta que nuestros labios estuvieron a la misma altura, lo besé, con toda la pasión y el amor que sentía por él, dejándole ver que era todo lo que deseaba, mientras con ambas manos sacaba su camisa de el pantalón y terminaba el trabajo con los botones, abrí la camisa y paseé mis manos por sus abdominales, estudiando sus músculos, mientras que con mi lengua exploraba su boca.

Sus brazos estaban a los lados de mi cabeza, de manera que nada de su peso estuviera sobre mi cuerpo. Quería quitarle la camisa y Leo me ayudó con eso, aun cuando yo sabía que Leo podría desaparecer nuestra ropa en un instante si quisiera, pero no lo hacía, lo cual le agradecía, me dejaba hacerlo a mi manera, aunque realmente no tenía nada de experiencia en este campo.

Volvió a mis labios, me besó con profundidad, mientras la temperatura de mi cuerpo subía y subía con cada una de sus caricias, sus manos acariciaban mi cuello, Leo dejo mis labios y besó la línea de mi mandíbula, trazó con su lengua el canal de mi oreja, haciéndome estremecer, yo estaba comenzando a hiperventilarme, besó mi cuello, mi clavícula y bajo al hueco de mi garganta, besó mis hombros y la cumbre de mis pechos, que sobresalían del vestido, mientras acariciaba mis costados y mis piernas, siguió descendiendo mientras me miraba, con una sonrisa lujuriosa en sus labios, tomó el borde del vestido con sus manos y comenzó a bajarlo, pude ver el destello de sorpresa en sus ojos, al descubrir que no traía sostén y me alegró saber que lo había sorprendido.

Se sacó los pantalones y se quedo en bóxers, ahora estábamos iguales, yo traía puestas unas diminutas bragas en color negro, beso los dedos de mis pies, mis rodillas y cuando besó la cara interna de mis muslos, no pude evitar que un gemido escapara de mis labios. Siguió subiendo y besó la piel de mi abdomen, mi ombligo, subió un poco mas hasta llegar a mis pechos, aunque traté de contenerlo, solté un gemido cuando colocó su mano sobre uno de ellos y comenzó a masajearlo suavemente, mientras saboreaba mi pezón con su boca, mi espalda se arqueo, necesitando estar más cerca de él.

Mordí mis labios, conteniendo la respiración y los gemidos que luchaban por salir de mis labios, su aliento me rodeaba, me embriagaba, haciendo que mi cabeza girara… mis manos, subían y bajaban, codiciosas por su espalda, sintiendo sus músculos tensarse y relajarse a mi paso, bajé mis manos un poco mas y llegue al elástico de sus bóxers, metí mis manos por debajo y pude acariciar su maravilloso trasero, Leo soltó un gemido, supuse que lo tomé por sorpresa.

Me besó fieramente, mientras su mano se deslizaba por mi cuerpo, acariciándome tentándome, llegó a mis bragas y comenzó a acariciarme sobre la delgada tela, solté un gemido en sus labios, lo cual al parecer lo incitó a continuar, apartó la tela y sin previo aviso, introdujo uno de sus dedos, dentro de mí, grité por el placer que me provocó, retiró su mano e hice un sonido de protesta, el me sonrió e introdujo dos dedos en mi, trazando círculos, arañe su trasero ligera y delicadamente, Leo retiró sus dedos de mi cuerpo, los llevó a su boca y los saboreó, el rubor subió a mis mejillas

Al siguiente instante la tela de sus bóxers ya no estaba, sentía la piel de Leo sobre el lugar donde deberían de estar mis bragas y deduje que Leo las había desaparecido. Sonreí.

El rostro de Leo estaba sobre el mío una vez más, y en un susurro dijo:

-Lo siento no pude contenerme, - sus ojos verdes estaban oscurecidos por el deseo, al igual que los míos.

-Por mi esta perfecto- le dije mientras seguía mi trabajo en su trasero, levanté mi rostro y tracé con mi lengua el contorno de sus labios, Leo giró conmigo, ahora el estaba abajo y yo estaba arriba, su erección presionaba la cara interna de mi muslo, lo que ocasiono que un gemido subiera por mi garganta.

-¿Porque hiciste eso?- pregunté en un jadeo, mientras ponía mis manos en su pecho y comenzaba a trazar círculos alrededor de su pezón.

-No es justo que seas la única que se divierte- me dio una sonrisa maliciosa, no entendí a que se refería pero lo entendí cuando sus manos se posaron sobre mi trasero y empezaron a acariciarme, no me quise quedar atrás y comencé a lamer lentamente su pezón, mientras mi mano descendía entre nuestros cuerpos para tocarlo mas íntimamente, cuando lo alcancé, Leo se estremeció y soltó un gemido, lo acaricie, lentamente de la punta a la base, con la yema de mis dedos, rápidamente giramos de nuevo, estando ahora yo abajo y el arriba de mí, me miró un momento expectante, a que yo diera el paso.

Tome su cuello y dirigí sus labios a los míos, el beso fue dulce, tierno, era todo lo que bastaba.

-Te amo- le dije mientras lo miraba a los ojos.

-Eternamente- me susurró al oído.

Rodeé sus caderas con mis piernas, el tomó mi cintura acercándome, lo sentí cerca, tan cerca, pero Leo seguía dudando, así que arqueé mi espalda y al siguiente momento estaba dentro, sus gemidos y los míos se escucharon al unisonó, el dolor vino, fue intenso, pero se desvaneció, tan rápido como llegó, sentir a Leo dentro de mí como nunca lo había estado nadie, me hizo sentir magnifica, completa, nuestros cuerpos encajaban tan bien, como uno solo, estábamos destinados a estar juntos, eso lo había sabido siempre.

El arriba y abajo de sus caderas, solo enviaba ondas de placer por todo mi cuerpo, mis labios buscaban los suyos con desesperación cuando los encontré, él me regaló un beso muy tierno, apoyó su frente en la mía, me miraba mientras nuestras caderas se alejaban y se encontraban de nuevo, en un ritmo delicioso.

De pronto el ritmo se intensificó, el placer me abrazó, y al escuchar el gemido que salió de su boca, me llevó a la gloria, miré sus ojos y entendí lo que necesitábamos:

-Mue..rde..me- le dije entre gemidos.

Su boca se posicionó en mi cuello y al siguiente momento sentí sus colmillos desgarrar la fina piel, después de eso, explotamos juntos, grité su nombre, sin importarme si alguién podía escucharnos y el gritó el mio, toque las estrellas con Leo a mi lado, sentí mi orgasmo, pero también el suyo, pude escuchar y sentir todo lo que él sentía, su amor, su deseo, su pasión, fue una sensación totalmente nueva, inesperada, pero maravillosa y mágica.

Flotaba en una nube rosa, donde me sentía feliz, Leo se recostó en mi pecho y me miró con una sonrisa en su rostro.

-Gracias- me dijo.

Yo revolvía su cabello con mis manos, mientras el acariciaba mi abdomen, enviando pequeños espasmos por mi cuerpo.

-Te amo- le dije. Estaba tan relajada, tan feliz, que solo pude darle un beso antes de quedarme profundamente dormida en sus brazos.

En mi inconsciencia alcancé a escuchar: -Yo a ti, como no imaginas- y lo que no supe si fue mi imaginación fue: -Moriría por ti, lo haré si es necesario-


OoOoOoO De verdad me esforcé mucho y de verdad espero que la demora haya valido la pena!!!

Dejenme coments, diganme si les gustó o de plano soy pesima en esto!!


Las amoOo!!

3 comentarios:

Isha'Bell dijo...

:o Oh x dios me encanto
quiiero mas, te felicito
tiienes una historia
fantastica, ojala pronto
subas mas...
Bss
Abrazos
Isha'Bell

K dijo...

OMG!!!!:.... que lemmonazo!!!!!!!.... amiga te re esperaste- me encantó. o sea que ya la transformó???.... Caro es vampiro??, me encantó!!!!!!!!!!!!
!!!!!!
!
Te adoro amiga, escribes genial y este lemmon entra entre mis favoritos, besos!!

Sandiadelicius dijo...

uh_uh..Me encanto,
me eh quedado sin palabras...
Eres una "GRAN" escritora...
Un abrazo y un beso!!